COMO ES EN PEQUEÑO, ES EN GRANDE: de qué manera somos realidad cuántica y por qué necesitamos entenderla
En una conversación que tuvimos mi ex esposo y yo hace unos días, hablamos de la amistad, los grados de conciencia, y de la importancia de muchas cosas que aún no forman parte de la mirada actual a lo que consideramos que merece atención. En un momento dado, me preguntó si era más efectivo trabajar en la ansiedad desde las prácticas energéticas como una base para luego trabajar a nivel de emociones y pensamiento, o viceversa. Honestamente, no lo sé. Pero por intuición, la respuesta inmediata fue: como es arriba es abajo. La amplitud de aplicación de esta antigua verdad implica que hay una influencia desde afuera hacia adentro y viceversa; que se puede trabajar empezando desde cualquier cabo dependiendo de lo que puedas hacer, o sientas que se tiene que hacer antes para ti. En el caso de esa pregunta, si sientes que primero tienes que atender la comprensión del funcionamiento de tu mente como un sistema, antes de empezar con la parte de prácticas, haz eso. Para que se entienda más claramente, retomaré un concepto del que hablé ya antes en otro blog. El ser humano es un todo no solamente conformado por cuerpo y mente. Somos más complejos a nivel constitutivo de lo que nuestra percepción común ha aprendido a detectar. Afortunadamente, el trabajo honesto de investigadores que aman más la verdad y el progreso humano que una afiliación subconsciente al neoliberalismo, ya dan muestras científicas y medibles sobre la presencia de esos otros cuerpos energéticos que constituyen nuestra estructura global. Sobre eso me explayaré, al menos eso tengo como intención, más adelante. Tomando en cuenta esto, si eres de las personas que saben que la mejor inversión es invertir en sí mismas; que el requisito indispensable para evolucionar como ser humano es el autoconocimiento; y que no conocemos a ciencia cierta cuáles son nuestros límites pues continuamente los estamos sobrepasando, ya sea con nuevas tecnologías, con nuevas maneras de abordar nuestros cuerpos y mentes, entonces podrías ver la importancia de atenderte y desarrollarte globalmente, en vez de solo a nivel físico, emocional e intelectual.
El éxito de cualquier emprendimiento, entonces, involucra la inversión en ti misma. Mejor dicho, el éxito verdadero de cualquier emprendimiento, implica que no has destruido ni a tu familia ni tu salud ni tu paz mental por lograr lo que en tu mente ese éxito representa. Quiere decir que el éxito es estar en el proceso de tu misión en la vida, o logrando un sueño, o haberlo logrado ya, porque ese proceso y esa meta también involucran tu crecimiento humano, un impacto muy positivo en tu entorno y tu felicidad. El éxito, es un éxito global, que también incluye un crecimiento en cuanto asumir retos, asumir estrategias para atender las caídas, y pase lo que pase, ya sea si decides detenerte un tiempo, procrastinaste o entraste en el bajón, luego sigues adelante, con alegría, al mejor estilo budista, y llegas a constituir lo que te da sentido.
Si entendemos esa constitución en la que el humano como tal vive simultáneamente en varias dimensiones físicas y energéticas, entendemos también que lo que nos constituye a nivel infinitesimal como cuerpos, son partículas subatómicas. Su comportamiento dice mucho de cómo funciona nuestra realidad.
El efecto del observador
Si pudiéramos imprimir sólo una copia de cada documento escrito, entre tesis de pregrado, grado, artículos científicos, ensayos, y un largo etcétera, que mencionan o se basan en este descubrimiento para sustentar teorías de re-concepción de la realidad entre otros muchos temas, seguramente empapelaríamos la superficie del planeta. Un pequeño resumen para entenderlo es tomando dos premisas sobre los comportamientos de los electrones. Primera: el comportamiento de un electrón no observado es impredecible y libre; el comportamiento de un electrón bajo observación varía para adoptar el comportamiento de un electrón en un átomo como originalmente lo concebimos, y conferir propiedades físicas. A este fenómeno se le denomina: colapso de la función de onda. Segunda: los electrones responden a lo que se espera que hagan. Es decir, si yo quisiera probar que no existe la posibilidad de ubicuidad de un electrón (facultad de estar en varios lugares y varios tiempos a la vez); pero en realidad espero o sé que sí existe esa función, el electrón se va a comportar de la manera en la que yo creo que se va a comportar. Esta última apreciación ha llevado a pensar a muchos científicos y filósofos que, en la medida en la que los electrones son lo que esencialmente nos constituyen, experimentamos la realidad que esperamos que suceda, no necesariamente la que queremos que suceda.
Ondas
Somos entes constituidos sobre bases de ondas y frecuencias. Pequeña clase de física: una onda es, por ejemplo, la manera en la que viaja el sonido a través del aire, se mueve como olas. La frecuencia de un sonido es qué tantas ondas se producen en un rango determinado de tiempo, digamos, un segundo. Estamos conformados, aunque no sabemos a qué grado, de frecuencias de sonido. Pero, fundamentalmente, somos frecuencias magnéticas, electrónicas y lumínicas. Las ondas, en su movimiento normal, muestran lo que se llama picos o puntos más altos, y valles o puntos más bajos. Es importante saber esto porque las personas, al ser frecuencias, incluimos en nuestra constitución básica una consecuencia de funciones imbricadas con las frecuencias del planeta, de nuestro sistema solar y del universo. Como tal, nuestros cuerpos pasan también por picos y valles energéticos; es decir, por subidas energéticas y bajones energéticos. Un desbalance profundo en ese equilibrio lleva a que nuestra energía esté frecuentemente en modo valle; mientras que un despertar espiritual y de la conciencia implica estar en modo pico la mayor parte del tiempo.
Manejando este conocimiento, ¿qué procede en referencia a cómo atendernos de la mejor manera como seres humanos?
Todo el punto de este blog es mostrar que somos más que un cuerpo maravilloso que decaerá cuando dejemos de existir como quienes somos en este momento. Lo que quiero dejar en claro es que no solamente es importante, bueno y deseable trabajar en ejercitarse en cuerpo y mente; no solo es importante no ser un idiota con otros seres y el medio ambiente; atendernos en toda la potencialidad humana es necesario, sino seguimos atendiéndonos de manera incompleta. Toda persona que medita necesita hacer un trabajo de reconocimiento interior; y toda persona que ya trabaja en su evolución personal, en su autoconocimiento, necesita apuntar a desarrollarse en espíritu. Son necesidades éticas, nos debemos esas experiencias, como personas, y como humanidad.
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