CÓMO CAMBIÉ A PARTIR DEL YOGA
...EN LOS PLANOS FÍSICO Y MENTAL...
Entendamos al
Yoga no solamente como la práctica de posturas sino también como una acción
constante de mejorarse. Desde pequeña me interesó su aspecto energético, la
idea de poder desarrollar habilidades que hasta hace poco se calificaban de
paranormales me llamaba demasiado la atención. Pero nunca busqué lo suficiente
como para encontrar el tipo de yoga que me trabajara más allá del nivel físico,
sino hasta hace poco. Cuando comencé a integrar la práctica del Hatha Yoga (que
busca mejorar tu cuerpo hasta obtener la salud perfecta mientras va eliminando
bloqueos emocionales) con meditación y ejercicios de respiración específicos,
se comenzó a dar el gran cambio.
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Día de meditación en Sacsayhuamán |
Un día, por
ejemplo, un amigo y yo estábamos realizando preparación física en un parque. Él
tiene la piel oscura, estaba sudando, me dijo, qué fuerte está el sol. Yo lo
miré como si estuviera un poquito fumado y me reí. No sentía más que un toque
de calor. Y así, seguimos entrenando otros días, y me decía lo mismo. Empecé a
pensar que la hierba ya le estaba pasando factura. Por esos días, que empezaba
el verano de 2022, más gente me comenzó a decir que el sol estaba fuerte,
claro, la capa de ozono se está debilitando, pero yo no lo sentía. El día que
me di cuenta de que algo loco realmente había ocurrido, fue cuando vine a
visitar a mi mamá (ahora vivimos juntas) y uno de los recepcionistas que es de
la Guajira (una región muy caliente en Venezuela) me dijo, señorita, está el
sol bien fuerte, ¿no? Yo me había venido caminando un poco más de dos
kilómetros, y te digo, no camino lento. Podía decir con certeza que no tenía
frío, y estaba con una gorrita, porque no me quería manchar la piel, pero nada
más. Entonces me dije, ya, no hay nada que hacer, algo ha cambiado. Para
corroborar, voy a experimentar. A todo esto, esos días no había estado usando bloqueador
porque sentía que no me hacía falta. Entonces, tomé mi bicicleta, y alrededor
del mediodía, estuve una hora en la bici tratando de evitar la sombra COSA QUE
NUNCA HABÍA HECHO, MENOS SIN EL BLOQUEADOR. Eso en el pasado me hubiese
ocasionado quemaduras extremas. Yo salía, hasta el año 2021, con medio
centímetro de bloqueador en la piel cada vez que me exponía al sol más allá de
las diez de la mañana. ¿Lo dudas? Mira fotos en mi Instagram de entre 2019 y
2021 en el Cusco para que lo compruebes. Me veo como la mamá de Gasparín. Me he
cuidado mucho la piel, recordaba las quemaduras de pequeña los días de playa,
la erisipela que no me dejaba dormir, y la piel pelándose después de cuatro
días de sufrimiento constante. No salir con bloqueador encima era impensable. Pero
el resultado de esa excursión de prueba fue un pequeño enrojecimiento entre el
límite de mi frente y mi cuero cabelludo, quizá por la postura que tomo al
montar la bici. Mis hombros, cero. Mi cuello, las partes expuestas de mi
espalda, mis brazos y piernas nada. Me había bronceado. Eso era todo.
OJO. No estoy
recomendando a quienes practican Yoga que dejen de usar bloqueador. Si te das
cuenta, lo que estoy manifestando es que empecé a sentir diferente. Ya no
sentía una relación conflictiva con el sol, sino que empecé a absorber con
mayor intensidad los beneficios que naturalmente y en condiciones ideales todo
el mundo puede recibir de la exposición libre a los fotones dentro de nuestra
atmósfera. Es decir, en el momento en el que sienta que me voy a empezar a
quemar, en ese momento me podré a la sombra o me echaré bloqueador. Pero hasta
ahora, no me ha vuelto a pasar. Una anécdota más. Estamos saliendo de la
temporada fría en el Hemisferio Sur. Entonces, pensé que quizá tendría que
protegerme la piel como antes, que quizá se habría revertido mi capacidad de absorber
las bondades de la luz solar. Recientemente, en Cusco, en donde la radiación se
siente mucho más fuerte, me puse bloqueador solo en la cara una mañana en la que
me iba a quedar meditando a la intemperie en un lugar de energía muy potente. Como
hacía un poco de frío, me abrigué y no me puse bloqueador en el resto del
cuerpo. Pero empecé a sudar, así que me puse a meditar con los hombros
descubiertos. En mitad de mi práctica, el sol empezó a calentar un montón. No
quise interrumpir la meditación. Me dije, ya fue, ¿cuándo volveré a
Sacsayhuamán? Me quedo un rato, total, aún no es medio día. Al terminar la
meditación, no solamente no me había quemado (aunque mi hombro izquierdo tenía
un bonito color marrón) sino que había este extraordinario corazón rodeado por
un arcoíris. En verdad, en otro blog tendré que hablar de esa experiencia.
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Este corazón rodeado del arcoíris estaba en el cielo al terminar la meditación |
También ha
cambiado mi relación con el frío. Era muy friolenta. Varias de mis alumnas de Earthing
Yoga pueden atestiguar que mientras ellas estaban en camiseta de manga corta un
día sin calor, yo estaba seguramente con una o dos casacas encima. En el Cusco,
y ahora también en Lima, la ciudad que sentimos de frío húmedo, estoy más desabrigada
que el resto de personas. En Cusco, frecuentemente, me encontraba en manga
corta cuando la mayor parte de gente estaba más abrigada. La termorregulación
es también una consecuencia de una práctica constante de esos tres fundamentos,
los repito: posturas, respiración (en diferentes modalidades y todas aplicadas
científicamente) y meditación (también en sus diferentes modalidades).
El último
cambio físico del que voy a hablar es con respecto de la comida. Quienes me
conocen desde pequeña saben que he sido un Pacman. Pensé que lo sería toda la
vida. Cuando jugaba waterpolo, un amigo de 1,93m -Aldo- me dijo, Úrsula, casi
todos mis amigos son altos, y todos comemos un montón. Tú comes más que
cualquiera de nosotros. Una vez competí en un concurso de comelones de la
universidad. Cuando vi lo que íbamos a comer, pensé que era solo la entrada. Obviamente,
gané con medio minuto de ventaja sobre el chico que quedó en segundo lugar, quien
también comía bastante. En la medida en la que tu cuerpo aprende a alimentarse
más de las otras fuentes como la energía del aire (Prana o Chi) o la energía
del Sol, y si sabes usar a tu favor la energía de la Tierra, se hace lógico que
el cuerpo deje de requerir calorías de la digestión con la intensidad en las
que las requerías antes. Hasta ahora me cuesta creer que casi no tengo hambre a
lo largo del día, pero cada vez que tengo hambre, como. O cuando estoy en
compañía y hay comida, aunque no tenga hambre, como para celebrar la amistad y
el momento.
Finalmente,
me centraré en un cambio interno. Para muchas personas, quizá no sea nada, pero
para alguien a quien le ha costado priorizar ciertos aspectos de la vida desde
siempre, es un gran cambio. Hace poco me inicié en la práctica de un tipo específico
de respiración de gran influjo en el balance energético que se llama Sudarshan
Kriya. Lo que ha hecho es organizar y balancear de manera radical mi interior. Eso
influye de manera natural en el orden externo, en cómo se manifiesta mi pensamiento
y mis emociones. La cuestión con el Sudarshan Kriya como la meditación y los
asanas, es que hay que practicarlos diariamente. No tienes que tomar una hora
para cada cosa. Este Pranayama o ejercicio de respiración consciente de
activación energética toma unos veinte minutos al día. Si además tienes una
práctica diaria de asanas o posturas de entre diez y veinte minutos y las
completas con una meditación diaria de al menos cinco minutos, te aseguro que
verás cambios radicales en la vida. En primer lugar, vas a ver que tu salud
mejora. Si no hay mucho que mejorar en ese sentido, vivirás la perfección. En segundo
lugar, y fundamentalmente, vivirás con más paz y claridad mental.
Si tu intención
de crecimiento como ser humano abarca todo lo que eres, cómo te manifiestas en
esta vida en cuerpo y alma, si te observas y respiras mientras trabajas,
mientras interactúas con tu familia, mientras simplemente estás en el trayecto
a tu oficina o al gimnasio o a ver a alguien, te aseguro que estarás creciendo
siempre un poco más.
Espero que
mi testimonio te haya servido de inspiración y que con tu actitud y tus acciones
tú mism@ seas de gran inspiración a quienes te rodean, y tenlo por seguro,
también al mundo.
Namaste
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