VISHUDA CHAKRA (ESPAÑOL)
INTRODUCCIÓN
A LA REALIDAD CIENTÍFICA DE LOS CHAKRAS O CENTROS ENERGÉTICOS; LA GARGANTA COMO
PORTAL PARA EL AUTOCONOCIMIENTO Y LAS POSTURAS DE YOGA QUE LO ESTIMULAN
No pude tener mejor maestro de Reiki, Sergio Kostritski. Diplomático desde muy joven, tuvo una revelación que cambió absolutamente su relación con la realidad y su dirección en la vida. Un buen día se abrió su tercer gran centro energético conocido como Plexo Solar y en sánscrito como Manipura Chakra. No recuerdo bien los detalles, pero sentía mucha luz en el centro de su estómago. Esa Luz le brindó información en una experiencia que no pudo calificar de otra manera sino como divina. A partir de entonces, la naturaleza viajera de su profesión le permitió investigar a conciencia el conocimiento que iba más allá de cómo funcionamos a nivel físico en donde fuere. Durante los años que fue cónsul del Perú en China, aprendió técnicas que cualquier ser humano podría calificar como de ciencia ficción. Durante clases, lo hemos visto aumentar visiblemente energía saliendo de su séptimo gran centro energético o Sahasrara Chakra, ubicado en la coronilla, como si su cráneo estuviese encendido en un fuego (de luz) cada vez más alto. Luego hizo descender esa energía hasta hacerla desaparecer ante nuestros ojos. Durante nuestra segunda iniciación, varias personas vimos numerosos Maestros de Luz en vestimentas sacerdotales, presentes sólo en sus cuerpos astrales, caminando entre nosotras. La cantidad de energía que se movía en nuestras iniciaciones no tenía comparación con nada que hubiese vivido ni sentido antes, en esta vida, al menos.
QUÉ ES UN CHAKRA
Para hablar del concepto de centro energético o
chakra, hay que entender que éstas no son ideas creadas por seres altamente
ignorantes y supersticiosos de un pasado remoto que no tenían idea alguna de
qué cosa es ciencia. Quien pueda pensar algo parecido necesita hacer un poco de
investigación. De hecho, la civilización india, históricamente la más grande
promotora de estos conceptos desde hace milenios, fue y sigue siendo una
cultura de grandes científicos. Como su percepción de la realidad era distinta
a la del ser humano moderno común (la percepción no es algo natural sino una
habilidad aprendida según la información que recibimos mientras vamos
creciendo), podían ver cuerpos energéticos, que hoy por cultura hemos desaprendido
de ver o de identificar porque no nos lo mencionan o porque directamente nos
instruyen que tales posibilidades no existen. Hoy hay aparatos electrónicos que
miden no solo las frecuencias luminosas y electromagnéticas que emite cualquier
cuerpo (como para obtener un encefalograma o lectura de la actividad del encéfalo,
por ejemplo), sino que pueden medir las frecuencias sutiles que emitimos en
otros niveles de existencia (sobre esto, más adelante). Algunos de estos
aparatos como por ejemplo el Sputnik, de tecnología rusa, pueden medir las
frecuencias del campo vital que emite el cuerpo humano de un paciente antes de
cirugía. Si el paciente tiene un campo energético muy débil, no le operan pues
no tiene suficiente energía para recuperarse[1].
Hay otros aparatos que miden cosas aparentemente menos new age como las
tecnologías creadas por el Heart Math Institute que abarcan
innumerables funciones vitales como variabilidad cardiaca, coherencia cardiaca
y cerebral, etcétera, con programación que detecta nuestras funciones con, por
ejemplo, tecnología de Bluetooth.
Ya que hemos establecido que estamos hablando
de manifestaciones energéticas capaces de ser registradas tecnológicamente,
podemos entrar al concepto de Chakras con menos preocupación y escepticismo,
aunque, claro, siempre es bueno escuchar y mantener la puerta de la duda
abierta por si acaso. En todo caso, lo que pueda decir aquí no lo tienes que
creer, y sin embargo te invito a que practiques alguna habilidad energética y
después de un tiempo puedas obtener de primera mano tus propias conclusiones. Para
algunas personas esta modificación del estado de la percepción es rápido; para
otras puede demorar años, dependiendo de lo que tengan que trabajar a nivel
interior. Es que percibir energía es parecido a ser un esquimal y ver numerosos
tonos distintos de blanco y adjudicarle a cada tono específico (para esta
comunidad, colores específicos) un nombre. Para ver lo que cada una de estas
personas ve, necesitamos reeducar nuestra percepción. Lo mismo sucede con la
realidad energética. Pronto te darás cuenta de que no solo la tecnología
reconoce patrones energéticos; los humanos tenemos todo el equipo biológico
para hacer esas mismas lecturas.
Según qué tan desarrollado sea tu sentido de la
percepción energética, o por dónde se oriente ésta, puedes llegar a ver que
tenemos varios cuerpos. De momento, para lo que nos interesa, diremos que, de
nacimiento o luego de cierto tiempo de práctica, podemos percibir cuatro
cuerpos de los siete que oficialmente tenemos. Nuestro cuerpo físico es el
primer cuerpo, y es la vestimenta o el vehículo con el que nos movemos en esta
vida en particular en la que yo, ahora, soy Úrsula. El segundo cuerpo
perceptible es el etérico o vital (el nivel en donde operan los chakras)
llamado así porque es producto del cuerpo físico y lo regula. Se genera un
nuevo cuerpo etérico cada vez que tomas nueva forma, y decae con la muerte del
cuerpo. Luego están los cuerpos: mental (que muchas veces es lo que ven los
clarividentes), que los egos gustan de manipular para subsistir y desde donde
obtienen y se alimentan de nuestra energía vital, y astral. El astral, es ese
cuerpo con el que vivimos sueños no mentales, con el que percibimos cosas que
vendrán, por medio del cual podemos tener comunicación con lo energético
superior y también con seres o energías de diferente frecuencia vibratoria. Es
uno de nuestros vehículos de viaje y comunicación, si se quiere.
En anatomía física, podemos verificar que
nuestro sistema nervioso central se divide en numerosos conjuntos nerviosos que
conectan zonas y sistemas específicos de nuestro cuerpo con nuestra médula
espinal y el encéfalo. A estos conjuntos se les llama plexos nerviosos. A nivel
energético, los plexos nerviosos, con su constante actividad electromagnética
se les percibe como bolas de luz, a veces como temperaturas, etcétera. No es
es del todo cierto que todos tengamos chakras. Según nuestra conciencia y nuestra armonía
a nivel emocional es que se van formando como centros organizados de energía. Si
meditas constantemente con la intención de fortalecer tus chakras (tu salud, y
tu estado mental emocional) puedes haber generado un funcionamiento moderado de
estos centros reguladores de energía, e incluso sentir la dirección sobre la
cual están girando.
Es un ida y vuelta. Los chakras se desarrollan
en cuerpos altamente armónicos, es decir, que gozan de coherencia a nivel
neuronal, nervioso y cardiaco. Y viceversa. Lograr un óptimo estado de los
chakras como del cuerpo físico es quizá el fin principal del Hatha Yoga pues
esa armonía facilita enormemente el desarrollo espiritual. Nuestra expresión
física como cuerpo armónico o caótico está íntimamente relacionada con nuestro
desarrollo interno. El trabajo en el desarrollo de los chakras, mejora o
incluso lleva a nuestra perfección la expresión física (la expresión genética y
sus consecuencias). Con esto quiero decir que si estás muy enferma(o) y alguien
te dice que te va a alinear los chakras, quizá no sea exactamente lo que hará.
Mucha gente trabaja con energía sin saber realmente cómo funciona el trabajo
energético que ha aprendido a aplicar, pero aún así tiene buenos resultados. A
mí me ha pasado tanto al dar como al recibir sanación. De la misma manera,
ahora abundan las personas que dicen acceder a registros akáshicos, pero hace
falta tener un conocimiento interior ilimitado y tener cuerpos vitales
poderosos para acceder a ellos, es decir, haber tenido algún tipo de iniciación
espiritual (y ninguna iniciación real se da en el plano físico). Además, me parece
correcto decir, que por más que yo pague a alguien para que acceda a mis
registros, depende mucho de lo que me toque vivir y aprender en esta vida, que
alguien que realmente los lee pueda hacer lo que le estoy pidiendo.
VISHUDA CHAKRA
La garganta no solo representa, sino que es un
vehículo de palabra, de todo lo vinculado con ella. Su estado de salud y el de
los órganos circundantes (los del olfato, vista, oído, etcétera) tiene relación
directa con emociones que son resultado de lo que ocultamos a nivel verbal, lo
que hemos callado, lo que decimos para luego arrepentirnos, con haber abusado
psicológicamente de terceros, pero principalmente, de una misma, y por
supuesto, relación con aquello a lo que le hemos echado tierra encima con la
intención de que desaparezca. Una noticia: eso nunca funciona. Hablo por
experiencia. La garganta tiene relación directa con la sabiduría, por lo tanto,
con el corazón, que es conector entre los planos físico y sutil, así como un
regulador de este intercambio. A nivel sutil conecta el elemento aire, del cual
el corazón es el centro, y el akash o lo que los esoteristas antiguos solían
llamar éter o agente universal, el responsable de que haya karma y dharma.
Esto quiere decir que un problema auditivo,
desde una infección hasta una disminución de la facultad de oír, no solo podría
deberse a algo que me cuesta o rechazo escuchar, sino también a una extensión
de un desequilibrio energético en la zona de la garganta. Por eso es,
básicamente, por lo cual ningún medicamento ni farmacológico ni natural
funciona igual para cada caso. Todo responde a las especificidades de lo que
cada quien experimenta.
EJERCICIOS PARA VISHUDA CHAKRA
Para mantener el chakra Vishuda en buen estado,
o promover su recuperación, se puede combinar siempre uno o dos ejercicios
sencillos de Pranayama o respiración consciente, para los cuales no necesitas
instrucción especial, con al menos una postura de Yoga que actúe directamente
sobre la garganta. Me veo en la obligación de advertir que, una vez que
empieces a realizar estas posturas, es probable que te encuentres diciendo
cosas sin pensarlo dos veces que antes considerabas que se pasaban de la raya a
alguien que lo necesite. A mí, por ejemplo, se me hizo más fácil empezar a
mandar a la mierda a algunas personas. En realidad, no es que tu reacción sea violenta
en sentido interno, sino una llamada de atención a la mente de quien está
ejerciendo una falta sobre ti o sobre alguien más. Porque, vamos, a nadie se le
hace un bien cuando se le permite que sobrepase la línea de nuestra libertad ni
de nuestra salud en ningún sentido. En algunas tradiciones budistas, por
ejemplo, es normal que haya un cuidador blandiendo un palo durante las sesiones
de meditación. Si alguien se rasca o se mueve, le cae un golpe. No entendía
eso, hasta que conecté que es lo mismo que sucede con la psicología conductiva.
El golpe no es un castigo, sino una llamada de alerta para que la mente se
acostumbre a realizar el ejercicio que se requiere de ella en lugar de dar pie
a lo que la hemos acostumbrado a hacer: divagar.
El primer ejercicio es la base de todo.
Por cinco minutos, mantén una respiración cada vez más lenta y
profunda, inhalando y exhalando exclusivamente por la nariz. Una vez que hayas llegado a un mínimo de respiraciones con el cual te sientas en comodidad, mide tus respiraciones por minuto. Te pones un temporizador que suene cada 60
segundos (hay apps de reiki disponibles en Google Play que puedes programar con
campanas de diferentes tipos e incluso música relajante), y mantén ese ritmo. Si llegas a los cinco minutos o más (mientras más tiempo hagas esta respiración, mejor) es muy probable que sientas que tu cerebro se enfría
(literal), que por primera vez en la vida sientes sangre circulando por las
venas, cambios de temperatura en el cuerpo, o quizá solo encuentres calma. Hay
gente que no siente ningún cambio en absoluto. Yo por ejemplo. Sin embargo, la
práctica diaria me ayudó a obtener cambios sustanciales en mi vida tanto en cuanto a mi salud como a mi interior. Soy un ser muy distinto de quien era o de como
estaba antes de iniciar estas técnicas.
El segundo ejercicio de respiración es
igualmente sencillo. Una vez que llegaste a mantener los cinco o veinte minutos
de esa respiración lenta y profunda, que vamos a llamar consciente (y que
técnicamente se llama resonante) respiras durante dos minutos a reloj tapándote
la fosa nasal izquierda, y de inmediato dos minutos tapando la fosa nasal derecha.
El cambio se hace con una exhalación. Terminas de exhalar, tapas ambos
orificios nasales, luego despejas la fosa izquierda y haces los dos minutos
finales. Con este tipo de respiración ejerces un balance radical en tu sistema
nervioso central y en tus canales sutiles entre las energías solar y lunar,
masculina y femenina de todo tu sistema.
Por último, puedes practicar, por ejemplo,
cualquier variación de Sarvangasana o Vela, en la que la barbilla se pegue
durante un minuto o más al pecho.
Este tipo de posturas, como todo en Hatha Yoga,
requieren de realizarse lentamente al entrar, mantener al menos un minuto
ajustando y respirando, y salir aún más lento, en especial porque se activan
los músculos de la espalda de una manera poco usual y necesitan volver
con mucha paciencia y cuidado. Hay una contracción de los músculos de la garganta,
así como de la circulación a nivel físico y sutil. Una vez que sales de la
postura de contracción, lentamente debes hacer una contrapostura de expansión,
en este caso, de la garganta, pecho y abdominales. La contrapostura de
Sarvangasana es pez o Matsyasana, y si estás bien caliente o tienes el estado
físico adecuado, puedes hacer Chakrasana.
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Matsyasana, contrapostura de Sarvangasana |
Mismas
indicaciones, entra, mantente y sal lento y con cuidado. Nada te debe doler.
Sentir esfuerzo, sí, sentir que estiras, mejor, pero ningún dolor. Ambas
posturas trabajan liberando la energía estancada de Vishuda que tu variación de
Sarvangasana estimuló, y ahora esas emociones y bloqueos salen despejando
canales y habilitando el área para recibir luz, en el sentido más literal de la
palabra.
CONTRAINDICACIONES
Para los Pranayama o ejercicios de respiración
consciente no hay contraindicaciones, cada quien los puede ir realizando de
acuerdo con sus posibilidades físicas del momento, teniendo claro que hay que
avanzar de a pocos, pero sostener una disciplina diaria.
No pueden realizar Sarvangasana ni sus
variaciones, incluidas todas esas posturas en donde el cuello está apoyado
sobre el piso y exigen que la barbilla se pegue al pecho, quienes tienen dolor
al empezar a hacerlas, o quienes tienen lesiones y, por lo tanto, prohibiciones
médicas o fisioterapéuticas.
No fuerces nunca una postura.
TRABAJO EN PLANOS SUTILES
Si quieres lograr resultados específicos,
puedes trabajar con una intención o un mantra mental. Supongamos que quieres
tener una palabra sabia; saber qué decir, cuándo decirlo, a quién, y tener la
sensibilidad suficiente para callar. Escoge un símbolo que para ti englobe
todas esas intenciones y medita en él sintiéndolo ubicado en tu garganta antes
de realizar las posturas para Vishuda Chakra. También puedes tener tu intención
repitiéndola como un mantra mientras estás en postura, o respirando
conscientemente. Nada relacionado con la mentira funciona con estos ejercicios,
muy por el contrario, te acercan a ser una persona más valiente y veraz.
INFLUENCIA EN OTRAS PERSONAS
Quizá alguien esté con problemas en la
garganta. Puedes visualizar a esa persona feliz, en absoluta armonía, con la
garganta llena de luz, por unos dos a cinco minutos diarios. Mientras más
personas realicen esa visualización, mejor, en especial si suelen rezar por
otros o realizar ejercicios de sanación.
[1] Cita tomada del libro Sobrenatural, Cómo gente corriente realiza lo
extraordinario (Becoming Supernatural: How Common People are Doing the
Uncommon, Hayhouse editado para Kindle) del Dr. Joe Dispenza.
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