PRANA MUDRA [español]
Pequeña introducción a la ciencia de los mudras y un acercamiento a uno de los más poderosos "gestos de manos"
Una de las personas que marcó mi vida a largo
plazo fue una colombiana radicada en San Diego. La conocí durante un viaje largo que hice por Estados Unidos. Estaba haciendo couchsurfing en la casa de su hermana, una arquitecta muy alegre, profesora de
zumba. Para ese entonces, mi experiencia con los ángeles era muy reciente (eso merece otro blog... o diez). Tenía menos de tres semanas de haber
seguido ese impulso. Digamos, que antes de eso, era una artista y practicante
de yoga bastante tibia. Creo mucho en la ciencia, siempre he creído, y aún
ahora mis amistades dicen que le tengo demasiada fe. Me burlaba de la gente
que decía tener experiencias como las que yo estaba viviendo muy
recientemente. Veía y veo aún al yoga como una práctica muy lógica orientada a
poner al cuerpo en su mejor estado en vistas de ser el templo ideal para unirse con
el absoluto.
A pesar de que había estado teniendo una
vivencia que se podría calificar de sobrenatural, si esta yogini no me hubiese
explicado la ciencia de los mudras con la misma lógica que un acupunturista te
explica cómo funciona la activación de los meridianos energéticos con la
intervención de agujas de metal, no hubiese escuchado. En este momento no recuerdo
qué me había pasado, pero no había estado muy bien. Esta introducción a los
mudras me picó la curiosidad y decidí investigar. Era 2014 y no había aún
muchas investigaciones ni textos fiables sobre este tema disponibles en inglés. Lo poco que
encontré no era tan preciso como aquella explicación que había recibido de
primera mano, así que la decidí aplicar de forma sencilla y sin salirme de los
parámetros que había recibido. El primer mudra que me sorprendió y de cuyos
efectos me beneficié drásticamente fue Prana Mudra.
Mudra significa gesto, y cuando ahora hablamos
de mudras nos referimos generalmente a los Hasta Mudras o gestos con las manos.
Lo que queremos lograr con ellos es un balance energético, quitar un exceso de
algunas partes de nuestros cuerpos físicos y/o sutiles, y activar donde hace
falta. No es tan sencillo. Decidir qué mudras utilizar depende, entre otras cosas, de qué tipo de dosha te gobierna. Dosha significa literalmente defecto,
y es lo que en medicina ayurvédica se considera como la característica
definitoria de la salud. No son tan elegantes como decir agua o fuego, que sí
son elementos que también contenemos. Son solo tres: viento (acá se acaba lo
lindo), bilis y flema. Por supuesto, estos doshas no solamente orientan
nuestras posibilidades en la salud, es decir, cómo nos recuperamos, qué alimentos
nos vienen mejor que otros en determinadas circunstancias, etcétera, sino que
también hablan de las emociones con las cuales estaríamos más alineadas.
Prana Mudra es uno de los mudras que se pueden
practicar por cualquier persona independientemente de su dosha en determinadas circunstancias.
Eso es lo que lo hace tan valioso. Pero la práctica de un mudra requiere
rigurosidad. Puedes realizarlo por menos tiempo del prescrito y aún obtendrías
beneficios. Sin embargo, puede ocasionarse un grave desbalance energético si se sobrepasa de un tiempo definido para un determinado propósito. Durante mi
viaje, y teniendo un prontuario de bronquitis muy pesadas a lo largo de mi
juventud, hice caso de realizar una práctica preventiva para mantener mi
sistema inmune óptimo, así que diariamente hacía mini meditaciones de tres
minutos en Prana Mudra.
¿Cómo se realiza Prana Mudra?
Como ves en las fotos, juntas las puntas de los
pulgares con las de los meñiques y anulares ejerciendo una leve presión. Cuando
digo leve, es eso, leve. Se están tocando, y un poquito más. Punto.
¿Cómo funciona el Prana Mudra?
El dedo pulgar es el fuego, y como tal, es el
elemento regulador. Activa o desactiva los otros elementos. En este caso, está
activando los elementos agua (meñique) y tierra (anular) de los planos físico y
sutil. Si quieres ir un poquito más allá con la información energética, actúa sobre los cuerpos físico,
etérico y mental. La manera en la que se realiza este estímulo produce una
regulación luminosa y electromagnética (medible) en el cuerpo. Por eso se llama Prana, que significa
Energía Vital o Energía Universal. Los dos principales beneficios son regularizar
el sistema inmune (activa un sistema inmune debilitado o bien, relaja un
sistema inmune desbocado) y elevar la energía vital cuando se está muy
fatigada o sin fuerzas. Usualmente, esto está relacionado con síntomas
de desbalance en los dos primeros centros energéticos, que justamente están
gobernados por los elementos tierra (primer centro energético o chakra
Muladara) y agua (segundo, o chakra Svadistana). También ayuda en situaciones
en las que una se siente muy temerosa ante determinadas situaciones, y muy
probablemente eso indique que se ha perdido la conexión con la Tierra. Una médica Yogi o ayurvédica probablemente recetaría tener contacto directo con la
tierra por un cierto tiempo cada día, y practicar Prana mudra.
Ya mencioné que practiqué Prana mudra tres
minutos diarios para fortalecer mi sistema inmune. Era enero en San Diego, lo
cual podría parecer un verano limeño, pero me iba al norte, a Chicago, a
Boston, en donde estaban a menos 20 grados centígrados. De hecho me caía
perfecta esa información. En Chicago lo pasé caminando por la ciudad -sí, a
menos 20- casi todos los días, excepto uno que bajó a menos 23. Honestamente,
no sé cómo hace la gente que sale a correr en shorts (literal, y sin panties
térmicas de por medio) en esa ciudad. Es una hazaña difícil de
digerir para un limeño. Quizá sean rusos, o canadienses. Sabe Dios. El caso es
que cuando llegué a Boston, la nieve me llegaba al cuello. No sé si habrá sido
la impresión, porque el termómetro marcaba la misma temperatura que Chicago, y
de hecho había considerablemente menos viento, pero la segunda noche me dio
fiebre. Me asusté. Mi anfitrión de couchsurfing se asustó más. Quería comprarme
medicamentos. Le dije, ¿podrías comprarme kion, miel y limón? Salió de
inmediato. Mientras tanto, me quedé haciendo la meditación prescrita en Prana
mudra. Pero esta vez era durante 15 minutos. La cosa es así: cuando hay
infección, ya sea viral o bacteriana, 15 minutos tres veces al día hasta que ya
estés bien. Me sentí mejor. Cuando él llegó, ya se me había bajado un poco la
fiebre. Tomé mi té de kion y dormí. Amanecí aparentemente sin fiebre, hice mis
15 minutos de práctica y se fue. No hubo bronquitis. No hubo gripe. No hubo
nada. ¿Qué hubiese sido de una limeña extremadamente tibia con una infección
viral a los pulmones en el invierno de Massachussets?
He tenido éxito también en otras
circunstancias, como cuando me dio covid. Tuve fiebre solo dos o tres días, que nunca llegó a 38, y a pesar de que por esos momentos estaba pasando
por circunstancias personales tristes, se me fueron los síntomas, y
el olfato me regresó rápidamente (aunque debo confesar que consumí todo el
complejo B para alentar a mi nervio olfativo a volver a la vida).
Algo más sobre los mudras: cuando tienes miedo
o necesitas más energía y quieres conectar con la tierra, realiza tu meditación
en contacto directo entre tu piel y la tierra, y con tus palmas hacia abajo como
la primera foto. Cuando quieras elevar tu energía y mantenerte, realiza tu
mudra con las palmas hacia arriba. También puedes realizarlo mientras caminas o
lees. Pero vigila tu tiempo.
Quizá la práctica de un mudra no sea la
solución a todos nuestros problemas, pero sin duda puedes recibir sus efectos y
apoyar otras prácticas o caminos para recuperarte y avanzar en la vida.
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Durante una práctica de Earthing Yoga San Isidro, Lima, Agosto 2022 |
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